En esta nota APA ponemos la lupa en el estímulo nociceptivo que provoca disfunciones en la región afectada y respuestas motoras inadecuadas.
La espina irritativa podal, es un concepto introducido en la literatura médica en 1900. En posturología, se denomina «espina irritativa podal» (EIP) y se define como un estímulo nociceptivo que provoca disfunciones en la región afectada y respuestas motoras inadecuadas. Este diagnóstico clínico puede tener múltiples etiologías, desde patologías del pie hasta alteraciones posturales.
Existen dos tipos principales de espina irritativa podal:
1) Consciente: patologías del pie que causan nocicepción, con o sin dolor percibido.
2) Inconsciente: no es expresada por el paciente, pero puede ser objetivada mediante variaciones posturográficas y evaluaciones clínicas.
El diagnóstico de EIP puede ser identificado en la estabilometría, que mide la superficie de las oscilaciones del cuerpo sobre diferentes superficies. También podemos diagnosticarlas a través de test clínicos de Posturología.
Autores como Lepork, Villeneuve, Foisy, Kapoula, Janin y Dupui han desarrollado diversas metodologías para objetivar las EIP mediante la interposición de gomaespuma para reducir la nocicepción.
El manejo posturológico de las EIP incluye el uso de diferentes tipos de estimulaciones neurosensoriales plantares.
Las EIP pueden afectar significativamente la postura y el equilibrio del paciente. El tratamiento adecuado de estas espinas irritativas es crucial para prevenir disfunciones mayores y mejorar la calidad de vida del paciente.
Este artículo, escrito por M. Janin, resalta la importancia de un diagnóstico preciso y un tratamiento personalizado para abordar las espinas irritativas y sus efectos en la posturología.
Puedes descargar aquí el artículo completo: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1762827X23486725